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Cada error una canción | Andrea Echeverri

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En una época en la que la música está dominada por interpretes de excesiva belleza, canciones producidas por ejércitos monumentales y letras genéricas, ¿aún hay lugar para lo artesanal en la industria musical? ¿Es posible construir una exitosa carrera musical sin cumplir con los estereotipos de belleza? ¿Es posible aún apreciar la belleza del error en las canciones como si de pequeñas piezas artesanales se tratasen? Andrea se ha caracterizado por expresar lo que siente a través de su música, pero lo que algunos no saben, es que la cantautora de Aterciopelados también tiene una fuerte pasión por la cerámica, con la cual lucha por una sociedad más libre de los estándares comerciales. Le gusta ser auténtica con su trabajo, ya sea con su cerámica endémica o con los mensajes que deja en las canciones, a lo que ella llama: “un acto de libertad”. 

La música como asignatura troncal

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La práctica musical, independientemente de la edad con la que se realiza, se está poco a poco consolidado con una herramienta inexcusable para el desarrollo neuronal de todo ser humano, como una forma de ejercitar, desarrollar, consolidar y/o mantener activo nuestro cerebro.  Desde Jordi Jauset, pasando por Laurel Trainor o Elcard Attenmüller, la comunidad científica día a día nos bombardea con más y más datos que nos deben hacer replantearnos el peso que la educación musical debe tener en el sistema educativo a nivel mundial. Incluso ya hay voces que enarbolan la bandera en la que se muestra a la educación musical como una imprescindible vacuna contra el fracaso escolar. Palabras como neuroplasticidad y neuroeducación musical ya deberían estar formando parte de nuestro lenguaje en las aulas.  Antonio Domingo, pedagogo, músico, luthier educativo en la Escuela de Música de Torrelavega y profesor en Musikene, (Centro Superior de música del País Vasco), premio “Iniciativas que Educan” de

Descubriendo mi voz: Berenice Gomez Mansur

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Berenice nació en Buenos Aires, Argentina. Criada en una familia de músicos desde muy chica manifestó un claro interés por sus dos grandes pasiones, el deporte y la música. De pequeña siempre disfrutó del canto y la danza, y nunca paraba de buscar actividades que en alguna medida se relacionaran con sus pasiones. De allí que fue gimnasta artística, integró equipos de nado sincronizado, danza y comedia musical. A todo esto siempre se le sumaba su actividad deportiva favorita, el fútbol, actividad que realiza desde los 5 años siempre impulsados por su sueño de jugar algún día en la primera de Boca Juniors. Su interés por la música también comenzó a temprana edad. De la mano de sus padres conoció a la banda inglesa Queen y a Elvis Presley. A partir de ese momento cambiaria para siempre su percepción de la música. Ésta comenzó a ocupar un lugar muy importante en su vida, nunca se cansaba de cantar una y otra vez los discos de Queen dando recitales enteros usando su cama como escenario impr